Por KATHY SCHMUGGE
COLUMBIA—Después de trabajar más de 15 años para el Instituto de Estudios Nacionales de la Universidad de Carolina del Sur, preparando peticiones de subvenciones, y administrando proyectos de fundación, Glenda Bunce estuvo lista para dar a su vida un cambio de dirección.
Afortunadamente para Caridades Católicas de la Diócesis de Charleston, su cambio de trabajo resultó en un acoplamiento perfecto para la posición vacante que esta institución tenía que llenar en su nueva Oficina de Servicios de Inmigración en Columbia. Esta abogado bilingüe no solamente aporta a su nuevo trabajo sus conocimientos legales, sino su capacidad de fluidez bilingüe, lo cual provee un medio de comunicación absolutamente necesario para la mayoría de sus clientes que son hispanos.
Para Bunce, oriunda de Aiken, irse a trabajar para la agencia humanitaria fue como una especie de regreso al hogar. Cuando estudiaba en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, durante los años 60, se despertó en ella un interés hacia los Cuerpos de Paz, y ayudó a establecer el programa en esa región. Inspirándose en la famosa frase del Presidente John F. Kennedy, “No preguntes lo que tu país puede hacer por ti, sino lo que tú puedes hacer por tu país”, estuvo trabajando con los Cuerpos de Paz en Venezuela durante dos años. Fue entonces cuando perfeccionó su conocimiento del español. Decidida a preservar su destreza en este idioma a toda costa, Bunce viajó a México y a Guatemala varias veces, registrándose en escuelas que enseñaban cursos de repaso del español.
Bunce, graduada de la Facultad de Derecho de la Universidad de Carolina del Sur, no se ha arrepentido nunca de la decisión que tomó de trabajar en organizaciones filantrópicas, en vez de prestigiosas firmas de abogados. “Es mucho más importante para mí hacer algo de significado que ganar un montón de dinero,” dice Bunce. “Me considero muy afortunada por haber encontrado algo interesante para hacer, en donde puedo utilizar mi grado de Derecho y trabajar con los hispanos.”
Bunce pasó el primer par de meses en el trabajo transformando un viejo edificio en una espaciosa oficina para trabajar, y entrenándose en esta área particular de la Ley. A pesar de que ser una afiliada de la Red Católica de Inmigración Legal, CLINIC, y de la Asociación Americana de Abogados de Inmigración, AILA, la Agencia no ha estado abierta por mucho tiempo, pero ya está ayudando a cerca de 10 clientes a la semana. La agencia provee servicios de inmigración a bajo costo a personas que de otra manera no podrían costearse un abogado. La Oficina, dirigida actualmente por Bunce, provee servicios a lo ancho de todo el estado. Dichos servicios comprenden la ayuda a individuos para someter las peticiones necesarias a fin de traer miembros de la familia a los Estados Unidos; aplicaciones para ciudadanía o residencia permanente, peticiones para estado temporal de protección, establecimiento de asilo o protección en contra de daños como provee la Ley, someter peticiones para trabajadores religiosos y/o ayudar a las personas a reemplazar documentos perdidos o robados. A medida que crece la necesidad, Caridades Católicas espera poder expandir sus servicios con oficinas adicionales a través del estado.
“Existen muchos inmigrantes en Carolina del Sur que han entrado al país sin la debida inspección (también descrita como entrada indocumentada o ilegal). Infortunadamente, no hay mucho que podamos hacer por ellos fuera de documentar su trabajo en los Estados Unidos mediante cosas tales como el Número de Identificación para Pago de Impuestos,” dice Bunce, mientras alienta a sus clientes a buscar la ciudadanía cuando sea posible.
Una parte del plan de Bunce para lograr que lleguen las buenas nuevas a todos los inmigrantes, es visitar personalmente las parroquias y misiones que sirven a grandes comunidades de personas llegadas de otros países. Hace poco regresó plena de energía de un viaje de un día que hizo a la Misión de San Francisco en Walhalla. Allí, pudo ella prestar asistencia a 16 personas en la tarea de llenar solicitudes de empleo, permisos para viajar, aplicaciones para residencia y otras solicitudes. Bunce tiene planeado otro viaje a esa área a fin de hacer seguimiento y chequear el progreso de las gestiones hechas, y proveer servicios y orientación adicional cuando sean necesarios.
La Hermana Regina Barker de la Divina Providencia, ministro para hispanos del área de Walhalla, ayudó a coordinar la sesión de ayuda, y el Padre Paulista Bernard Cambell, Pastor de la Iglesia St. Andrews en Clemson, quien también sirve en la misión, llegó a expresar a Bunce su agradecimiento por su asistencia.
Una cosa es bien segura; Bunce tiene el deseo de hacer una diferencia y ayudar a los demás, especialmente a la gente hispana a quien ella admira profundamente por su fuerte ética de trabajo y su estilo de vida concentrada en la familia. En su nueva posición como trabajadora de la Oficina de Inmigración de la diócesis, ella va a tener bastante oportunidad para lograr lo que se propone.