CIUDAD DE MÉXICO – Una arquidiócesis mexicana dio a conocer que algunas personas se han estado presentando como sacerdotes durante la pandemia del coronavirus, aunque no lo son.
La Arquidiócesis de Toluca, al oeste de ciudad de México, dijo que los sacerdotes no tenían autorización, pero habían identificado a personas que querían celebrar misa en sus hogares y recibir los sacramentos allí o en salones de funerarias –informó el 26 de septiembre el periódico El Sol de Toluca.
El periódico reportó “docenas de quejas” de personas, algunas de las cuales trataron de registrar los sacramentos que ellos o sus familiares habían recibido. Se trató de contactar al portavoz de la arquidiócesis, pero no se obtuvo respuesta.
El arzobispo Francisco Javier Chavolla Ramos, de Toluca, dijo en un programa radial arquidiocesano en junio que había notado un alza en los reportes de sacerdotes falsos que se identifican como representantes de la arquidiócesis –según el periódico Milenio.
“Un sacerdote que se ofrece para celebrar una misa en su casa no es legítimo, no es un cura. Tenga la certeza que no es un sacerdote católico”, dijo el arzobispo Chavolla. Añadió que individuos “de otras denominaciones religiosas” estaban pretendiendo ser “obispos” y prelados.
“Si un sacerdote dice que es parte de la arquidiócesis, pídale sus credenciales”, dijo. “Cada sacerdote debe portar una identificación, como una licencia que diga que es un sacerdote católico perteneciente a la arquidiócesis”.
Una fuente de la conferencia episcopal mexicana dijo que sus miembros no habían escuchado del surgimiento de casos de sacerdotes impostores durante la pandemia.
Debido a la pandemia del coronavirus, las parroquias en México cerraron para servicios al público. Al mismo tiempo, los sacerdotes a menudo no han podido atender plenamente a las familias que han perdido a sus seres queridos o asistir a novenas o funerales en persona.
“Las pandemias y los desastres son momentos en que afloran los falsos sacerdotes”, dijo Rodolfo Soriano-Núñez, un sociólogo que estudia la iglesia mexicana.
El problema de los que se hacen pasar por sacerdotes no es nuevo en México, donde las diócesis han emitido constantes advertencias a los parroquianos a fin de evitar sacerdotes que no pertenecen a la Iglesia Católica.
“Hay un montón en las grandes ciudades… porque mucha gente no se identifica con sus parroquias”, dijo el padre Andrés Larios de la diócesis de Apatzingán en el occidente de México. En las ciudades más pequeñas –dijo– “la gente conoce a sus sacerdotes”.
Soriano-Núñez dijo que el asunto de los falsos sacerdotes “permite que uno note cuán distantes están los párrocos de su pueblo”.
“En vez de estar cerca de ellos y repartir su celular para que la gente pueda llamarlos, muchos sacerdotes en México trabajan como burócratas” en oficinas diocesanas –dijo.
Soriano-Núñez dijo que algunas personas encuentran sacerdotes ficticios para eventos tales como bodas, ya que ellos “no quieren estar presentes por dos o tres horas de preparación matrimonial” o confesarse antes de la ceremonia o dar a conocer que uno de los contrayentes “ya está casado”.
Por David Agren