CIUDAD DEL VATICANO – La misión de la iglesia y de todos los cristianos es proclamar y vivir el Evangelio en la vida diaria, dijo el papa Francisco.
“Cada uno de nosotros, por el Bautismo, está llamado a ser presencia viva en la sociedad, animándola con el Evangelio y con la savia vital del Espíritu Santo”, dijo.
Antes de rezar el Ángelus el 18 de octubre, el papa reflexionó sobre la lectura del Evangelio del día (Mateo 22: 15-21) en la cual los fariseos intentaron ponerle una trampa a Jesús con la pregunta sobre si era lícito pagar un impuesto al César, el líder del Imperio Romano, que tenía control sobre la región mediterránea.
Consciente de las malas intenciones de los fariseos, Jesús les pidió que observaran la imagen de quién estaba en la moneda y, como era de César, dijo: “Entonces devuélvale al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.
El papa Francisco dijo que esto muestra cómo Jesús no solo evitó caer en la trampa, “no solo se encuentra el criterio para la distinción entre la esfera política y la religiosa, sino que de ella también emergen orientaciones claras para la misión de los creyentes de todos los tiempos, incluidos nosotros hoy”.
“Pagar los impuestos es un deber de los ciudadanos, así como cumplir las leyes justas del Estado”, dijo.
Pero al mismo tiempo, “es necesario afirmar la primacía de Dios en la vida humana y en la historia, respetando el derecho de Dios sobre todo lo que le pertenece”, dijo el papa.
Se pide a los cristianos que se comprometan en la sociedad “con humildad y con valor, dando la propia contribución a la edificación de la civilización del amor, en la que reinan la justicia y la fraternidad”.
El papa rezó para que María nos ayudara “a huir de cualquier hipocresía y a ser ciudadanos honestos y constructivos. Y que nos sostenga a nosotros, discípulos de Cristo, en la misión de testimoniar que Dios es el centro y el sentido de la vida”.
Después de la oración, el papa Francisco recordó a todos que la iglesia estaba celebrando el Domingo Mundial de las Misiones, un día en el que se les pide a los católicos que muestren su apoyo a los misioneros de todo el mundo a través de la oración, la reflexión y contribuciones económicas.
También expresó su alegría y gratitud por la liberación del padre Pierluigi Maccalli, miembro de la Sociedad de Misiones Africanas, que había sido secuestrado en Níger en 2018. Él y otros tres rehenes fueron liberados en Malí tras estar cautivos durante más de dos años.
El papa Francisco dijo: “Sigamos rezando por los misioneros y los catequistas, y también por cuantos son perseguidos o secuestrados en diversas partes del mundo”.
Por Carol Glatz
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