La presencia hispana entre nosotros es esperanza y compromiso

 

Por AIDA HERNANDEZ

CHARLESTON — El pasado 10 de marzo se llevó a cabo en la Diócesis de Charleston una reunión Sub-Regional de la Provincia Eclesiástica de Atlanta, con la participación de SEPI, Instituto Pastoral del Sureste, y la representación de los Estados de Carolina del Norte, Carolina del Sur y Georgia.

La reunión fue presidida por el Padre Mario Vizcaíno, director de SEPI, la Hermana Lupe Stump, directora de Ministerios Hispanos de la Diócesis de Charleston, y Lydia Menocal, Linda Sosa, Antonio Sowers, J. Jose Rodriguez y Nancy Valdivieso, miembros del SEPI y asistentes del Padre Vizcaíno. Adicionalmente, 75 personas acudieron en representación de sus respectivas diócesis.

El señor Obispo de Charleston, Su Excelencia Robert Baker abrió la reunión con palabras de bienvenida y motivación. La Hermana Lupe explicó los propósitos generales de la reunión, y enseguida el Padre Vizcaíno inició su presentación. El Padre habló del gran compromiso que confrontan los Católicos hispanos en este siglo, y cómo se están convirtiendo en el grupo predominante entre los católicos de los Estados Unidos. La conferencia trató especialmente el tema nacional y universal del multiculturalismo, el cual constituyó también el tema central de la Conferencia Episcopal de los EEUU y del Jubileo 2000 celebrado en Los Angeles en mayo pasado. Su objetivo era lograr un mayor entendimiento entre todos los miembros de la iglesia católica, trabajar en mayor armonía, y comprender mejor nuestra iglesia en su carácter multicultural.

El Padre Vizcaíno habló en los siguientes términos: “Los hispanos hemos experimentado un crecimiento dramático en los últimos 10 años. La población general creció a una tasa del 8 por ciento, mientras que nosotros crecimos un 60 por ciento. La proyección para el año 2050 predice que los católicos hispanos vamos a constituir el 85 por ciento del total de los miembros de la Iglesia Católica en este país. Esto revela la necesidad de contar con más gente para la pastoral hispana, y la urgencia de preparar nuestra juventud como líderes del mañana. Vamos a tener una posición de mayor influencia entre los miembros de la iglesia católica. En consecuencia, necesitamos más vocación y un mayor compromiso de la comunidad hispana.

El crecimiento de los hispanos en los Estados Unidos indica que un pueblo ha ido creciendo dentro de otro pueblo, no sólo desde un punto de vista demográfico, sino como una realidad sociológica y religiosa. Durante la Conferencia Episcopal de 1983, los Obispos declararon: “La presencia hispana entre nosotros es esperanza y compromiso. En este momento de gracia, reconocemos que tenerlos entre nosotros es un privilegio. Todos debemos compartir esta visión de los dones especiales que los hispanos traen al Cuerpo de Cristo, la iglesia peregrina. Debemos comprometernos a trabajar junto con ellos, reconociendo, respetando y apreciando su presencia como un dogma, y no simplemente laborar en pro de ellos”.

El Padre Vizcaíno valora la importancia de la distinción que establecieron los Obispos. “Esto significa que ya no precisamos una actitud paternalista hacia nosotros. Nuestra presencia aquí es el Espíritu de Dios y la historia de nuestra salvación, y es una presencia profética que se necesita. Sin embargo, no debemos ser un árbol que dará frutos algún día. Debemos prestar un servicio valioso a nuestra iglesia y a la sociedad. Las palabras unánimes pronunciadas por 320 obispos de los EEUU durante su reunión, es una indicación de que el Espíritu Santo está con nosotros, y que nuestra voz es profética.

Un profeta anuncia la Voluntad de Dios, y denuncia lo que está en contra de la Palabra de Dios. Somos proféticos porque los valores del Evangelio están contenidos en nuestra cultura. Nosotros creemos que es mejor dar que tener; ser bueno y con integridad que ser rico; y que los valores espirituales son más importantes que los valores materiales.

Tenemos un gran sentido de esperanza y resurrección. Nuestra presencia es profética porque denunciamos la injusticia de los sistemas sociales de nuestros países que no reconocen la dignidad de la vida humana.”

El Padre Mario identificó cinco tareas importantes que debemos cumplir en respaldo a nuestra presencia en este país:

1) Tenemos que desarrollar una conciencia crítica para examinar la cultura en la cual vivimos, manteniendo nuestros valores culturales, y rechazando los anti-valores que tienden a corroer nuestro espíritu. Debemos conservar los valores intrínsecos de nuestra cultura que nos humanizan y nos enriquecen espiritualmente. Debemos desechar los anti- valores, evangelizándolos, transformándolos, y rechazándolos, tales como la violencia doméstica, el uso de drogas o bebidas alcohólicas, la falta de caridad y respeto por los demás, y el machismo.

2) Hoy en día, si no estamos educados, no contamos. Los padres hispanos deben preocuparse por dar a sus hijos la mejor educación posible, incluyendo una carrera universitaria. Debemos proveer una educación esmerada a nuestros hijos, y la educación secundaria no es suficiente; una carrera universitaria es imperativa. De otra manera, cuando nos veamos enfrentados a una posición de responsabilidad, no tendremos nada para contribuir.

3) Debemos afrontar nuestra responsabilidad económica con la iglesia, y considerar los muchos gastos en los que ésta incurre, tales como pagos de hipoteca, seguro, electricidad, agua, etc. Es necesario aceptar nuestra obligación de pagar diezmos a nuestra iglesia, de la misma manera que lo hacen los fieles anglosajones. Debemos desarrollar una consciencia católica, y no seguir esperando a que sean ellos solamente los que asuman dicha responsabilidad. Si podemos gastar grandes cantidades de dinero en cosas superfluas, es justo aportar una hora de trabajo a la semana para contribuir a nuestra iglesia.

4) Debemos apoyar la vocación religiosa. Tenemos muy pocos sacerdotes en la comunidad hispana. Todos debemos inspirar el amor a Dios dentro de nuestras comunidades, y el deseo de servirle. “Los sacerdotes no se crían en los árboles”; es importante fortalecer la visión de nuestros jóvenes de dedicar sus vidas al servicio del Señor. Trabajar para el Reino de Dios es una obligación, y las familias no deben desanimar a sus hijos en contra del sacerdocio. Nadie debe ensañarse en los sacerdotes, sino por el contrario, enfatizar sus cualidades.

5) El reto mayor para la comunidad de hoy día es el multiculturalism. La iglesia católica es una institución multi étnica, no mono étnica, y en todas las parroquias hay representantes de muchas nacionalidades. En Los Angeles, el 68 por ciento de los feligreses católicos son hispanos. En Miami, el 78 por ciento son hispanos y de otras nacionalidades. Dondequiera que vayamos, vamos a encontrar vietnamitas, haitianos, coreanos, etc. Debemos tener una actitud abierta hacia todas las personas a nuestro alrededor, sin importar su lugar de origen. Debemos propagar en nuestras comunidades el concepto de multiculturalismo. Por encima de todo, debe prevalece nuestra convergencia amorosa hacia Dios. Debemos lograr un claro entendimiento de nuestra identidad, y desarrollar y aplicar un sentido crítico en nuestras relaciones con las demás culturas, fusionándonos a ellas, sin claudicar nuestra propia identidad. Es hermoso sentir nuestra iglesia como una y la misma, sin importar la geografía del sitio donde nos hincamos a orar.