Diócesis, equipo interreligioso ofrecen documento de identificación

Las identificaciones les dan a los feligreses una manera de decir 'pertenezco'

El obispo Daniel E. Flores, de Brownsville, Texas, se dirige a un grupo de casi 500 personas reunidas el 24 de septiembre para ayudar a introducir una estrategia para proveer tarjetas de identificación en parroquias. (Foto CNS-Paul Binz, The Valley Catholic)

PHARR, Texas—El obispo Daniel E. Flores se reunió con líderes interreligiosos del Valle Rio Grande el 24 de septiembre, para presentar una “estrategia de identificación parroquial”, un programa para proveer a todos los miembros de las parroquias de la Diócesis de Brownsville con una forma para identificarse a sí mismos frente a la ley local, sin importar su documentación o estatus legal.

Hablando frente a una sala llena de alrededor de 500 personas en el Centro de Desarrollo e Investigación de Pharr, Texas, el obispo dijo que la necesidad de una identificación tiene crucial importancia y valor en la vida de las personas — y aún más para los inmigrantes marginados.

“Me gustaría enfatizar que el documento de identificación (ID) significa algo más que simplemente el hecho de que ya cuente la persona con una identificación, un domicilio, una foto o algo para enseñar por los detienen en un semáforo en rojo o por alguna otra razón”, — dijo el obispo Flores. “Significa algo mucho más profundo: Yo pertenezco a una parroquia, y así de esta forma, en esta comunidad, yo no estoy viviendo en las sombras”.

Varios oficiales locales se han sumado en este esfuerzo, incluyendo jefes de policía y oficiales de Pharr, Edinburgo y McAllen en una zona fronteriza de Texas. Como maestro de ceremonias del evento, el padre oblato Kevin Collins, párroco de la parroquia de San Eugenio de Mazenod en Brownsville, les pidió que respondieran tres preguntas:

“Aunque sabemos que no hay sustitución para una identificación expedida por el gobierno, ¿podría un oficial a su discreción y bajo su criterio aceptar una identificación con fotografía — por ejemplo, una identificación de una escuela o de una iglesia — para identificarse? Eso primero”.

“Segundo, ¿entrenarán a sus oficiales de policía para que puedan reconocer las múltiples formas de documentos de identificación?”

“Tercero, ¿continuarán trabajando con nosotros para construir la confianza y abordar el crimen de manera conjunta?”

A su vez, el jefe de Policía de Edinburgo Cesar Torres, el jefe de policía de Pharr José Luengo y la Capitana de Policía de McAllen Irene Luna, estuvieron todos de acuerdo, afirmando el amplio apoyo gubernamental a nivel local.

El programa de identificación parroquial surgió hace casi un año y medio en Farmer Branch, un suburbio de Dallas.

“Ellos se dieron cuenta que muy poca gente asistía a Misa”, — dijo Joe Hinojosa del grupo Valley Interfaith y miembro de la parroquia del Espíritu Santo en McAllen, contando sobre el programa. “Ellos le preguntaron a la gente por la razón y las personas respondieron que tenían miedo de salir de sus hogares”.

Muchos de los residentes de la ciudad eran indocumentados y rara vez se aventuraban a salir, solamente para ir a trabajar o a hacer compras y evitaban el contacto con la policía, aún si habían sido víctimas de algún delito.

El jefe de la policía de ese lugar fue cuestionado acerca de si su departamento aceptaría un documento de identificación con foto, nombre y dirección, expedido por una parroquia local, a lo que el jefe respondió que sí, — dijo Hinojosa.

Hoy, unas 10,000 personas en el área de Dallas llevan consigo tarjetas de identificación expedidas por parroquias, — dijo el padre Collins.

Una situación similar existe en el Valle Rio Grande.

“Nosotros hablamos con inmigrantes miembros de nuestra parroquia, San Eugenio de Mazenod”, —Rosie Hinojosa, líder de Valley Interfaith de Brownsville, dijo. “Ellos tienen miedo de dejar a sus hijos a la escuela o de salir a comprar víveres”.

Cuando les preguntamos qué es lo que ellos más necesitan, nos dijeron que necesitan una identificación”, — dijo ella. “Ahora que ellos saben que la diócesis y sus parroquias están trabajando con ellos en esta estrategia, vemos esperanza en sus rostros”.

El padre Collins explicó las limitaciones de la tarjeta.

“La tarjeta de identificación no es una tarjeta para salir de la cárcel gratuitamente; no les otorga el permiso de manejar; no es una identificación gubernamental de ninguna manera”, — dijo. “Es simplemente una tarjeta de identificación que dice que son miembros de la parroquia que expide la tarjeta; su fecha de nacimiento está ahí; su dirección está ahí. Y expira. Necesitan ser miembros de la iglesia al menos tres meses antes de la fecha en que expida la tarjeta”.

Durante la reunión, la hermana Norma Pimentel, directora de Catholic Charities of the Río Grande Valley, presentó un cheque por la cantidad de $10,000, otorgado por dicha organización como parte inicial del dinero para financiar el programa.

Los que expiden la tarjeta no se limitan sólo a parroquias católicas, — dijo el padre Collins. Otras denominaciones y organizaciones también podrán participar en el programa.

“Gran parte del enfoque está en las conversaciones nacionales y estatales acerca de la inmigración”, — dijo el padre Franciscano Tom Luczac, párroco de la parroquia de las Sagrada Familia en Edinburgo. “Esta es una estrategia local que les da a mis propios parroquianos la dignidad de poder identificarse a sí mismos frente a un oficial de policía”.

“Esto les impactará a ellos en forma positiva. Eso es lo que me emociona”, — dijo el padre Luczac.

Por Paul Binz