En reunión nacional, sacerdotes hispanos afirman cuidado de los pobres

El obispo auxiliar Octavio Cisneros de Brooklyn, Nueva York, habla el 7 de octubre, durante la convención anual de la Asociación Nacional de Sacerdotes Hispanos en la ciudad de Nueva York. Sacerdotes de todo el país asistieron a la reunión del 7 al 10 de octubre, discutiendo temas como la necesidad de ser más fraternos y cuidar a sus compañeros y también la necesidad de atender a los que sufren en sus parroquias. (Foto CNS-Jhon Guarnizo, cortesía de la Asociación Nacional de Sacerdotes Hispanos)

WASHINGTON—En una reunión para sacerdotes latinos, el clero congregado habló de la necesidad de cuidar de los unos a los otros, y afirmó la necesidad de caminar con los pobres.

Cuando la Asociación Nacional de Sacerdotes Hispanos (ANSH) se reunió en Nueva York del 7 al 10 de octubre, los sacerdotes de todo el país discutieron prioridades tales como la necesidad de fraternidad y el cuidado entre compañeros, y también de atender a quienes sufren en sus parroquias.

Haciendo referencia a la carta a los hebreos, el obispo Octavio Cisneros, obispo auxiliar de Brooklyn, dijo que el sacerdote es escogido de entre los hombres para servir al pueblo, pero el sacerdote también es parte de ese grupo de personas y debe sentirse como uno de ellos.

Únicamente si el sacerdote se siente parte de la iglesia puede caminar con confianza, dijo el obispo. El sacerdote no puede gozar de la belleza de la iglesia si se siente el centro de todo, añadió, y un sacerdote no puede ser sacerdote sin estar cerca del pueblo. Jesús es el mejor ejemplo de esto, dijo.

Cuando un sacerdote sale a buscar sus propios intereses, puede distanciarse del pueblo de Dios, dijo. Pero un ambiente fraterno es clave para prevenir esto y sus hermanos sacerdotes deben ser también parte del servir y cuidar unos de otros, compartiendo las experiencias, dolores, éxitos, nostalgias y dudas que surgen en la vida, las cuales los ayudan a ser mejor servidores, dijo el obispo.

La necesidad de tener un hermano sacerdote que es amigo es esencial, y aunque el tener personas laicas como amigas está bien, no es tan probable que les digan a los sacerdotes los que necesitan escuchar.

Escucharse unos a otros es importante y el aprender que todos tienen necesidades es una lección importante para los sacerdotes.

El obispo Joseph J. Tyson, de la diócesis de Yakima, en el estado de Washington, también habló de la necesidad de servir a los pobres y el papel que juegan los sacerdotes en esa importante misión de la Iglesia Católica.

“Ustedes con sus vidas están escribiendo las páginas de la vida sacerdotal”, dijo; y apoyar a otros, en especial los pobres y afligidos, acompañarlos es esencial para quienes se sienten solos, rechazados o ignorados por la sociedad.

El obispo Tyson dijo que la pobreza tiene rostro y es algo más que un tema de conversación o un problema a resolver. Los pobres no son extraños, sino hermanos y hermanas, miembros de la familia humana presente en las ciudades y pueblos, y que carecen de lo básico tal como alimento, hogar, cuidado de salud y oportunidades educativas, dijo.

En su diócesis de Yakima, los pobres comparten historias de hambre, dolor y desamparo con honestidad y apertura, dijo.

Los panelistas pidieron oraciones por quienes tratan de romper el círculo de la pobreza y por los oficiales públicos encargados de realizar la justicia económica. Pero mientras tanto, exhortaron a los asistentes a recordar su papel como líderes, apoyando y animando a la gente, siendo parte de una iglesia dinámica en marcha.

La reunión marcó la trigésima convención anual, este año titulada “Tiempo para la reforma y la renovación sacerdotal”, que, como dijeron los organizadores, “era parte de un programa de tres años de renovación, fraternidad y educación continua para sacerdotes que trabajan en una variedad de ministerios en diócesis de todo el país”.

Junto con los obispos Cisneros y Tyson, asistieron a la convención el obispo auxiliar Jorge Rodríguez, de la arquidiócesis de Denver, así como el obispo Misael Vacca, de la diócesis de Duitama-Sogamosa en Colombia. El obispo Cisneros recibió el Premio Buen Pastor a nivel nacional y monseñor Robert T. Ritchie, de Nueva York recibió el mismo premio a nivel diocesano, “reconociendo su trabajo entre los hispanos”.

Durante la reunión también hubo elección de una nueva junta directiva, que incluye al padre Juan J. Molina, de la arquidiócesis de San Antonio (elegido presidente de la organización el año pasado), el padre David G. Sánchez, de la arquidiócesis de Louisville, como vicepresidente; el padre Jiobani D. Batista, de la diócesis de Venice como presidente, y el padre Claudio Díaz, de la arquidiócesis de Chicago, como tesorero.

La organización calcula que hay unos 2,000 sacerdotes latinos alrededor del país y quien esté interesado puede visitar su página web en www.ansh.org, dijo el padre Molina. Además de la convención, la organización también tiene dos retiros anuales en español, dijo.

Por Rhina Guidos