CIUDAD DEL VATICANO—El Espíritu Santo guía la misión de la Iglesia Católica, señalando el camino para evangelizar nuevas tierras y abriendo los corazones de las personas para ser transformadas por Cristo —dijo el papa Francisco.
Oren al Espíritu Santo “por un corazón abierto, sensible a Dios y acogedor” hacia los demás —instó el papa a los católicos durante su audiencia general semanal el 30 de octubre en la Plaza de San Pedro.
El papa continuó su serie de charlas sobre los Hechos de los Apóstoles analizando el viaje del apóstol Pablo a Macedonia, el cual se inspiró en una visión, guiada por el Espíritu Santo.
“El apóstol no duda, se va a Macedonia, seguro de que es Dios quien lo está invitando”, dijo el pontífice.
Allí, Pablo predica a un grupo de mujeres y Lidia, cuyo corazón ha sido abierto por Dios, escucha, recibe el bautismo con su familia y le ofrece hospitalidad a Pablo —afirmó. Así se da inicio a la evangelización de Europa, “un proceso de inculturación que continúa aún hoy”, dijo el papa Francisco.
Sin embargo, Pablo y Silas finalmente son encarcelados bajo cargos de desorden público.
Pero el papa explicó que sucede algo sorprendente. En vez de quejarse de sus circunstancias, alaban a Dios, lo que “desata un poder que los libera”: un terremoto sacude los cimientos de la prisión, abriendo de par en par las puertas y aflojando las cadenas de los prisioneros.
Su carcelero, que pregunta cómo puede salvarse, también escucha la palabra de Dios, recibe el bautismo con su familia y ofrece hospitalidad a sus evangelizadores.
“En la oscuridad de la noche para este carcelero sin nombre, la luz de Cristo irradia y conquista la oscuridad, las cadenas del corazón caen y una alegría nunca antes sentida se libera en él y su familia”, dijo.
Esto muestra cómo el Espíritu Santo está guiando la misión de la iglesia, dijo el papa Francisco. “Nos guía hacia adelante, quiere que seamos fieles a nuestra vocación” y ayuda al pueblo de Dios a llevar el Evangelio a los demás.
Al final de la audiencia general, el pontífice se reunió con el obispo Paul Mason de las fuerzas armadas del Reino Unido y el obispo Santiago Olivera de las fuerzas militares argentinas.
Según la agencia Vatican News, los dos obispos intercambiaron una réplica de la estatua de Nuestra Señora de Luján, que fue llevada al Reino Unido por las tropas británicas durante la Guerra de las Malvinas en 1982.
La estatua de la Virgen, patrona de Argentina, regresará a su país natal y una réplica, bendecida por el papa, va a ser exhibida en la Catedral Católica Militar de San Miguel y San Jorge en Aldershot, Inglaterra.
Por Carol Glatz
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