LA PAZ, Bolivia—Los obispos bolivianos pidieron a políticos del país que respetaran la voluntad del pueblo y revisaran los resultados de la reciente elección que concedió al presidente Evo Morales un cuarto término consecutivo.
Los partidos de la oposición del país no reconocieron el resultado y miles de bolivianos han ido a las calles todos los días para protestar por lo que consideran una elección fraudulenta. Dos personas han muerto y docenas han resultado heridas en choques entre manifestantes y partidarios del gobierno.
En una declaración del 31 de octubre, la conferencia de obispos sugirió que la única salida para la crisis política es que el gobierno, los partidos de oposición y grupos de la sociedad civil lleven a cabo una “auditoría integral” de la elección que determine si fue justa o si es necesario tener una segunda ronda de votos entre Morales y su principal rival, Carlos Mesa.
La conferencia dijo que esta auditoría debería evaluar qué leyes fueron quebrantadas antes de la elección y si los votos fueron contados apropiadamente. Los obispos también llamaron al gobierno y a los partidos de oposición a negociar cómo se podría llevar a cabo la auditoría y a respetar los resultados.
“Estamos buscando un modo pacífico de poner final a esta crisis”, dijo Carlos Cordero, consejero político para la Conferencia Episcopal Boliviana.
Según un tribunal electoral de Bolivia, Morales ganó la elección del 20 de octubre con una ventaja de 10.5% sobre Mesa. Esto estaba justo por encima del límite requerido para evitar una segunda ronda de votos entre los dos candidatos principales.
Mesa asegura que hubo graves trampas en el tribunal, que está compuesto principalmente por jueces seleccionados por el partido de Morales. Con un 83% de votos contabilizados en la noche electoral, la diferencia entre ambos candidatos era de 7%. Pero inexplicablemente se suspendió la publicación de los resultados durante 22 horas. Cuando los resultados fueron de nuevo publicados por las autoridades, se había contado el 95% del voto, y la ventaja de Morales se había extendido a 10%.
Morales dijo que su ventaja se expandió gracias a los votos que llegaban de las zonas rurales donde su apoyo es más fuerte. Pero la Organización de Estados Americanos, que estaba vigilando la elección dijo que el cambio en dirección de voto era “difícil de justificar”.
La Fundación Jubileo, una organización de investigación apoyada por la Iglesia Católica hizo su propia cuenta de los resultados con 1,000 voluntarios que monitorearon una muestra de 3,500 mesas electorales en todo el país. Calculó que la diferencia entre ambos candidatos era de un 5.5%.
Los manifestantes han organizado docenas de bloqueos de calles en ciudades e incluso en un par de pasos fronterizos de Bolivia para presionar al gobierno para que acepte una nueva elección con un tribunal electoral distinto. Dicen que no pueden confiar ya en Morales, quien en 2016 perdió un referéndum sobre si podía presentarse a un cuarto mandato, pero al año siguiente obtuvo una decisión de la corte suprema que le permitía presentarse de todos modos.
En un intento de suavizar tensiones, Morales aceptó una auditoría de la elección dirigida por la Organización de Estados Americanos. Pero la oposición se ha negado a aceptar la auditoría de la OEA, porque dice que nunca se le consultó sobre cómo se llevaría a cabo.
El 2 de noviembre, el Comité Cívico de Santa Cruz, la provincia más rica de Bolivia, le dio a Morales un límite de 48 horas para renunciar, diciendo que “tomaría medidas” para garantizar que deje la presidencia. El comité de Santa Cruz también escribió una carta a las fuerzas armadas de Bolivia exhortándolas a unirse a su lucha.
Cordero dijo que la Conferencia Episcopal desea animar a Morales y a la oposición a tomar posiciones moderadas y a tratar de resolver sus diferencias a través de una auditoría supervisada por todas las partes interesadas. Cordero explicó que, si la auditoría determina que Morales no ganó por más del 10%, se podrían tomar algunas medidas para asegurar la legitimidad de una segunda ronda electoral, como por ejemplo seleccionar un nuevo tribunal de elecciones.
Morales ha tenido una relación conflictiva con los obispos de la conferencia a quienes ha acusado de ser parte de la oposición. Pero Morales está en Buena relación con el papa Francisco, que visitó Bolivia en 2015 y pidió perdón por los crímenes cometidos por la Iglesia contra los pueblos indígenas.
Cordero explicó que, durante la presidencia de Morales, la iglesia ha sido arrinconada después de haber sido moderadora en conflictos sociales. Pero añadió que quizá sea el momento de que la iglesia de nuevo asuma ese papel.
Por Manuel Rueda