CIUDAD DEL VATICANO—La luz de la paz, la esperanza y la salvación que llega al mundo con el nacimiento de Jesús, es más fuerte que la oscuridad de la guerra y la desesperación, pero propagar esa luz requiere la cooperación de cada persona de buena voluntad, dijo el papa Francisco en su mensaje de Navidad.
Desde el balcón central de la basílica de san Pedro, el papa rezó para que Emmanuel, Dios con nosotros, traiga luz “a todos los que sufren en la familia humana”.
“Qué ablande nuestros corazones a menudo duros y egoístas y los convierta en canales de su amor”, dijo el papa antes de dar su bendición de Navidad “Urbi et orbi” (a la ciudad y al mundo).
Según la policía del Vaticano, había unas 55,000 personas reunidas en la Plaza de San Pedro para la bendición.
El papa Francisco pidió que Jesús “traiga su sonrisa, por medio de nuestras caras pobres, a todos los niños del mundo: a aquellos que están abandonados y que sufren por la violencia”.
“Qué pueda, a través de nuestras frágiles manos, vestir a aquellos que no tienen nada que ponerse, darle pan al hambriento y sanar al enfermo”, continuó. “Mediante nuestra amistad, tal como es, que pueda acercarse a los ancianos y los que están solos, a los inmigrantes y marginados”.
“En este alegre Día de Navidad, que nos brinde su ternura a todos e ilumine la oscuridad de este mundo”, rezó el pontífice.
Unas pocas horas antes de la oración y discurso del papa a mediodía, el Vaticano difundió un mensaje enviado, de parte del papa Francisco, el arzobispo anglicano Justin Welby de Canterbury y el reverendo presbiteriano John Chalmers, dirigido a los líderes en conflicto en Sudán del Sur.
Los tres han orado para que se acabe el conflicto en Sudán del Sur, convocaron un retiro para los líderes políticos opositores en abril en el Vaticano y prometieron visitar ese país juntos si los líderes cumplen su promesa de formar un gobierno transicional para el 20 de febrero.
En su mensaje, los tres líderes religiosos dijeron: “Deseamos hacerles llegar a ustedes y a todo el pueblo de Sudán del Sur nuestros mejores deseos de paz y prosperidad, y garantizarles nuestro espíritu de solidaridad mientras luchan por una rápida implementación de los acuerdos de paz”.
“Elevamos nuestras plegarias a Cristo nuestro salvador por un renovado compromiso en el camino de la reconciliación y fraternidad”, dijeron. “Qué el Señor Jesús, príncipe de la paz, les ilumine y guíe sus pasos en el camino de la bondad y la verdad, y reanime el cumplimiento de nuestro deseo de visitar su querido país”.
En su discurso formal de Navidad, el papa Francisco habló sobre otras áreas del mundo donde se necesita la paz de Cristo –Siria, Irak, Congo, Ucrania, Tierra Santa– y sobre específicas condiciones de pobreza y opresión que requieren acción urgente.
Jesús ha nacido “como una pequeña luz que parpadea en el frío y la oscuridad de la noche”, dijo el papa. “Hay oscuridad en los corazones humanos, sin embargo, la luz de Cristo es aún más grande. Hay oscuridad en las relaciones personales, familiares y sociales, pero la luz de Cristo es más grande. Hay oscuridad en los conflictos económicos, geopolíticos y ecológicos, sin embargo, más grande aún es la luz de Cristo”.
El papa Francisco fue acompañado en el balcón por el cardenal Renato Martino, presidente retirado del anteriormente llamado Consejo Pontificio para la Justicia y Paz, y por el cardenal Konrad Krajewski, limosnero papal, quien distribuye las obras de caridad a nombre del papa y es el motor que impulsa los servicios prácticos del Vaticano tales como duchas, clínicas médicas y albergues para los pobres.
El cardenal Krajewski, junto con líderes de la Comunidad de San Egidio con sede en Roma, también ha estado encabezando un esfuerzo por traer a Italia a inmigrantes y refugiados vulnerables varados en campamentos en Grecia, Líbano y otros países del Mar Mediterráneo.
El papa Francisco pidió que “el Hijo de Dios, baje del cielo a la tierra” proteja y mantenga a todos aquellos que debido a la guerra, pobreza e injusticia “se ven obligados a emigrar con la esperanza de una vida segura”.
“Es una injusticia que los hagan cruzar desiertos y mares que se convierten en cementerios”, dijo. “Es una injusticia que los obliguen a sufrir abusos indescriptibles, esclavitudes de todo tipo y torturas en inhumanos campamentos de detención”.
Y agregó: “Es una injusticia que los devuelvan de lugares donde podrían tener esperanza de una vida digna, pero al contrario se encuentran ante paredes de indiferencia”.
El papa Francisco también pidió que Jesús, “el pequeño bebé de Belén”, “traiga esperanza a todo el continente americano, en el cual varias naciones están pasando por un tiempo de disturbios políticos y sociales”, especialmente en Venezuela.
El papa Francisco también oró para que el recién nacido Jesús traiga “alivio a aquellos que son perseguidos por sus creencias religiosas, en especial los misioneros y miembros de la feligresía que han sido secuestrados”.
Por Cindy Wooden
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