WASHINGTON—Algunos líderes católicos de Texas se apresuraron a tomar posición en contra de un anuncio del gobernador de Texas Greg Abbott del 10 de enero que afirma que el estado ya no ayudará a asentar a refugiados.
La decisión del gobernador, que se anunció en una carta al secretario de estado, Mike Pompeo, convierte a Texas en el primer estado en rechazar el asentamiento de refugiados después de la orden ejecutiva del año pasado del presidente Donald Trump que pedía a los gobernadores que declarasen públicamente si iban a aceptar a refugiados después de junio del 2020.
Hasta la fecha, los gobernadores de 42 estados han dicho que aceptarán a más refugiados. Los gobernadores de los cinco restantes estados que aceptan a refugiados: Alabama, Georgia, Florida, Mississippi y Carolina del Sur, todavía no han respondido a la fecha límite del 21 de enero.
Los obispos de Texas respondieron individualmente en Twitter a la decisión del gobernador exhortándole a reconsiderar. En una declaración del 10 de enero, la Conferencia Católica de Texas, el brazo de política pública de los obispos del estado dijo que la resolución de “rechazar a refugiados del gran estado de Texas” era “profundamente desalentadora y descorazonadora”.
La conferencia dijo que “respeta al gobernador” pero dijo que su decisión en este caso “simplemente está mal orientada” porque “niega la oportunidad de poder traer sus dones y talentos a nuestro estado y contribuir al bien común de todos los texanos, a personas que escapan de la persecución, incluyendo la persecución religiosa”.
En su carta a Pompeo, Abbott, que es católico, enfatizó el trabajo desarrollado por Texas en la acogida de refugiados, diciendo que desde el año fiscal 2010, “se han recibido en Texas a más refugiados que en cualquier otro estado”.
“Texas ha superado lo que le correspondería en la asistencia al proceso de establecimiento de los refugiados y aprecia el que otros estados estén dispuestos a ayudar en estos esfuerzos”, dijo la carta.
Ashley Feasley, directora de política de Servicios de Migración y Refugiados de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, le dijo a Catholic News Service que la decisión de Abbott es “muy grave” porque el estado ha establecido a un 10% de los refugiados en los Estados Unidos en los últimos 10 años.
Dijo que esta decisión no significa que los refugiados no puedan llegar al estado, sino que no se pueden asentar ahí. Esta decisión, dijo, es problemática. Para empezar, un 80% de los casos de refugiados están identificados como “de paso a unirse” lo cual quiere decir que estos refugiados, cuyos casos ya se han cribado, tratan de unirse a un miembro de la familia o amigo en la comunidad.
El permitirles establecerse con personas a las que ya conocen es una solicitud que las agencias de establecimiento tratan de respetar, dijo, porque ayuda con la adaptación.
También indicó que la decisión de Abbott, y otras venideras de los estados restantes que no han declarado todavía, podría estar impactada por la decisión de un juez federal sobre una orden de Trump que se espera el 17 de enero. El juez estará dictando sobre la demanda presentada por tres organizaciones de asentamiento de refugiados que intentaron un bloqueo preliminar a la orden ejecutiva.
Los obispos de Texas que respondieron a la decisión del 10 de enero de Abbott en Twitter fueron: el arzobispo Gustavo García-Siller de San Antonio y los obispos Michael F. Olson de Fort Worth, Edward J. Burns de Dallas y Daniel E. Flores de Brownsville.
En una declaración del 10 de enero, el obispo Burns dijo que estaba desilusionado con la decisión del gobernador y que esperaba que la reconsiderara.
Dijo que la diócesis de Dallas “está agradecida por el magnífico y compasivo trabajo hecho por Caridades Católicas de Dallas en colaboración con el gobierno de los Estados Unidos en el asentamiento de hombres, mujeres y niños que están desesperados por encontrar seguridad y libertad. Todos los refugiados que han recibido ayuda de esta manera han sido examinados exhaustivamente y aprobados para su asentamiento por el Departamento de Refugiados de la Oficina de Seguridad Nacional (Homeland Security)”.
En una declaración también del 10 de enero, el obispo Olson dijo que está “firme y respetuosamente” en desacuerdo con la decisión del gobernador.
Si el gobernador se mantiene en su determinación, dijo, “los servicios actuales de apoyo a refugiados tendrán que reemplazar los fondos federales para refugiados perdidos con fondos locales que en la actualidad están destinados a servicios sociales tales como programas de trabajo y programas de alivio de la pobreza.”
El obispo dijo que un 96% de los refugiados que se establecen en Fort Worth alcanzan autosuficiencia y empleo dentro de los seis meses siguientes a su llegada.
“Caridades Católicas de Fort Worth y las oficinas de Caridades Católicas de todo nuestro estado han trabajado compasivamente en colaboración con el gobierno federal, el estado y las autoridades y comunidades locales para ayudar a los refugiados a hacer de Texas su hogar, encontrando empleo, aprendiendo inglés e integrándose a nuestro gran estado de Texas, al que ahora llaman su casa”, añadió.
Por Carol Zimmermann