CIUDAD DEL VATICANO—Mostrar hospitalidad hace a la persona mejor ser humano y mejor cristiano y es parte importante de promover la unidad cristiana, dijo el papa Francisco.
“El trabajar juntos para vivir la hospitalidad ecuménica, especialmente hacia aquellos cuyas vidas son más vulnerables, nos hará–a todos los cristianos, protestantes, ortodoxos, católicos, todos los cristianos–mejores seres humanos, mejores discípulos y un pueblo cristiano más unido”, dijo el papa el 22 de enero durante su audiencia general semanal.
Hoy día los cristianos, como el pueblo de Malta que acogió a san Pablo y a sus compañeros, náufragos en su isla, deben mostrar hospitalidad y cuidar de aquellos que huyen de la violencia y la persecución, dijo.
“Desgraciadamente, a veces encuentran incluso la peor hostilidad”, dijo. “Son explotados por traficantes criminales hoy; son tratados como números y como una amenaza por algunos líderes hoy; a veces la falta de hospitalidad los rechaza como una ola que trae pobreza o los propios peligros de los que vienen huyendo”.
En su charla de la audiencia, el papa reflexionó sobre la semana para la unidad de los cristianos, que se lleva a cabo del 18 al 25 de enero. El tema para la celebración del 2020, “Nos mostraron una bondad poco común” está tomado del relato de san Lucas en Hechos de los Apóstoles sobre la hospitalidad que mostró el pueblo de Malta a san Pablo y sus compañeros.
San Pablo y los otros pasajeros del barco fueron recibidos por el pueblo maltés, que les dio comida y refugio, “aunque no habían recibido aún la Buena Noticia de Cristo”, dijo el papa.
La virtud de la hospitalidad añadió, “significa reconocer que los demás cristianos son verdaderamente nuestros hermanos y hermanas en Cristo”.
“Somos hermanos y hermanas”, dijo el papa. “Algunos les podrían decir, ‘pero ése es protestante, aquél es ortodoxo’. Sí, pero somos hermanos y hermanas en Cristo”.
El papa dijo que la hospitalidad ecuménica significa mostrar el amor de Dios a los demás y “una voluntad de escuchar a otros cristianos, prestando atención a sus historias personales de fe y a la historia de su comunidad”.
“Pienso en el pasado, en mi tierra, por ejemplo, cuando llegaron algunos ministros evangélicos”, dijo el papa, “y un pequeño grupo de católicos quemó sus tiendas. Eso no es cristiano. Somos hermanos y hermanas. Todos somos hermanos y hermanas y debemos extendernos hospitalidad unos a otros”.
Con tantos migrantes y refugiados que se enfrentan “a travesías arriesgadas para escapar de la violencia, la Guerra y la pobreza”, el papa Francisco llamó a los cristianos a dejar a un lado sus diferencias y a trabajar juntos para mostrarles “el amor de Dios revelado en Jesucristo” y que “toda persona es preciosa para Dios”.
“Las divisiones que aún existen entre nosotros nos impiden ser plenamente un signo del amor de Dios por el mundo, que es nuestra vocación y misión, dijo.
Por Junno Arocho Esteves