CIUDAD DEL VATICANO—Mientras países continúan recuperándose de las consecuencias económicas de la pandemia del coronavirus, el papa Francisco ofreció oraciones por hombres y mujeres que no han podido trabajar.
“En estos días mucha gente ha perdido su trabajo; no fueron contratados de nuevo, trabajaban en negro… Oremos por estos hermanos y hermanas nuestros que sufren esta falta de trabajo”, dijo el papa el 11 de mayo al comienzo de su misa en la Casa Santa Marta.
La oración del papa llegó en un momento en que las tasas de desempleo han subido altamente ya que empresas se han visto obligadas a cerrar sus puertas debido a las medidas de cierre. Según un informe del Washington Post del 11 de mayo, el asesor económico de la Casa Blanca, Kevin Hassett, dijo que la tasa de desempleo de Estados Unidos “probablemente aumente al 20 por ciento” para el mes de junio.
En su homilía durante la misa, el papa reflexionó sobre la lectura del Evangelio del día de San Juan, en la que Jesús promete a sus discípulos el don del Espíritu Santo que “os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho”.
Refiriéndose al uso que hizo Cristo de la palabra griega “Paráclito”, que significa “abogado”, el papa dijo que el Espíritu Santo es el “que sostiene, el que acompaña para que no te caigas, te mantiene firme, está cerca de ti para sostenerte”.
Las dos tareas principales del Espíritu Santo, explicó, son “enseñar” y “recordar” a los cristianos sobre de la fe.
El Espíritu Santo “nos enseña: nos enseña el misterio de la fe, nos enseña a entrar en el misterio, a entender el misterio un poco más”, dijo el papa. “Y el Espíritu nos ayuda a crecer en la comprensión de la fe, a comprenderla más, a comprender lo que dice la fe”.
La fe no es estática, agregó, pero crece como los árboles y da fruta.
“Y el Espíritu Santo evita que la doctrina cometa errores, evita que permanezca parada, sin crecer en nosotros”, dijo. “Nos enseñará lo que Jesús nos ha enseñado, desarrollará en nosotros la comprensión de lo que Jesús nos ha enseñado, hará que la doctrina del Señor crezca en nosotros hasta la madurez”.
La segunda tarea del Espíritu, continuó, es recordarnos las enseñanzas de Jesús y “es como la memoria, nos despierta”.
“Nos mantiene despiertos, siempre despiertos en las cosas del Señor y también nos hace recordar nuestra vida”, incluso momentos “cuándo encontraste al Señor” y “cuándo lo dejaste”, dijo.
El papa Francisco alentó a los cristianos a confiar en el Espíritu Santo, que guía a todas las personas a discernir lo que está bien y lo que está mal, y es el “don de Dios” para todos.
“El Espíritu es realmente el Don”, y Dios dijo “no os dejaré solos, os enviaré un Paráclito que os sostendrá y os ayudará a seguir adelante, a recordar, discernir y crecer. El don de Dios es el Espíritu Santo”, dijo.
Por Junno Arocho Esteves