Vaticano escucha ‘grito de pobres, grito de la tierra’ durante la pandemia

Esta es la oración publicada por el Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral para conmemorar el quinto aniversario el 24 de mayo de la encíclica del papa Francisco "Laudato Si' sobre el cuidado de nuestro hogar común". (Foto CNS-Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral)

CIUDAD DEL VATICANO—La visión del papa Francisco de “desarrollo humano integral” y “ecología integral” implica identificar las conexiones entre la condición de los seres humanos y la condición del medio ambiente, dijo el cardenal Peter Turkson.

Si bien los cristianos tienen razón al centrarse cada vez más en “el grito de la Tierra” y en cómo la destrucción del medio ambiente impacta la vida humana, con la pandemia COVID-19 “debemos escuchar el grito de los pobres”, especialmente aquellos que están en riesgo de morir de hambre, a los desempleados y migrantes y refugiados, dijo el cardenal Turkson, prefecto del Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral.

El cardenal Turkson está coordinando el trabajo de la Comisión COVID-19 del Vaticano y dirigió una conferencia de prensa por internet el 15 de mayo para discutir el progreso de la comisión.

“En una de las últimas reuniones que tuvimos con el papa Francisco, nos pidió que ‘preparemos el futuro’, no ‘que nos preparemos para el futuro’, sino que lo preparemos, anticipémonos”, dijo el cardenal.

“Casi ningún aspecto de la vida y la cultura humana queda indemne” por el virus y los esfuerzos para detener su propagación, dijo el cardenal. “Covid-19 comenzó como un problema de cuidado médico, pero ha afectado drásticamente la economía, los trabajos y el empleo, los estilos de vida, el hambre, el papel principal de la Inteligencia Artificial y la seguridad de internet, la política e incluso la gobernanza”.

Obviamente, brindar atención médica a las víctimas del virus es una necesidad urgente, dijeron el cardenal y otros miembros de la comisión.

El padre Augusto Zampini, secretario adjunto del dicasterio, dijo que esa es una de las razones por las cuales el papa Francisco pidió alivio de la deuda internacional: ayudaría a los países más pobres del mundo a redirigir el dinero de los pagos de intereses para aumentar sus servicios de salud.

Pero otro problema importante que la comisión está analizando es la amenaza de una “pandemia de hambre”.

A principios de 2020, antes de que el coronavirus se convirtiera en una pandemia global, el Programa Mundial de Alimentos de la ONU dijo que 135 millones de personas en 55 países enfrentaban “hambre aguda” como resultado principalmente del conflicto, los efectos del cambio climático y las crisis económicas.

Ahora, con las personas sin trabajo y las cadenas de suministro interrumpidas, el PMA advierte que “la vida y los medios de vida de 265 millones de personas en países de ingresos bajos y medianos se verán gravemente amenazados”.

Aún así, dijo el padre Zampini, los cambios en las maneras de producción y consumo y en las acciones privadas y públicas pueden marcar la diferencia, por ejemplo, al proporcionar incentivos a los agricultores para mejorar la productividad de manera que también protejan el medio ambiente y al alentar a todas las naciones a “desviar fondos”, y usar el dinero designado para financiar armas y dirigirlo a comprar comida.

Personas, en su comportamiento individual, también pueden contribuir a aliviar la inseguridad alimentaria y proteger el medio ambiente reduciendo el desperdicio de alimentos, comer alimentos que están en temporada y evitar productos y envases que contaminen.

“COVID ha demostrado que no necesitamos tantas cosas como pensamos. Podemos ser más con menos”, dijo.

Cáritas Internationalis, la organización de agencias católicas nacionales de ayuda y desarrollo, es parte de la Comisión COVID-19 del Vaticano y ha creado un Fondo de Respuesta COVID-19.

Aloysius John, secretario general de Cáritas, dijo que el fondo ya recibió 32 solicitudes de proyectos y ya aprobó y distribuyó fondos a 14 de ellos, con el objetivo de ayudar a 7,8 millones de personas en Ecuador, India, Palestina, Bangladesh, Líbano y Burkina Faso y otros ocho países.

Una gran preocupación, a la que están respondiendo las agencias parroquiales, diocesanas y nacionales de Cáritas, dijo, es la provisión de asistencia alimentaria básica, porque las personas no respetarán los requisitos de cierre o cuarentena si no tienen nada en casa para comer y no hay forma de salir a trabaja para cómpralo.

John también pidió a la comunidad internacional que elimine las sanciones económicas a Irán, Líbano, Siria, Libia y Venezuela “para que se pueda garantizar la ayuda a la población afectada, y Cáritas, a través de la iglesia, puede continuar desempeñando su papel de apoyo para los pobres y los más vulnerables”.

Para más información, visite Semana Laudato Si’ Invitación a Orar Juntos y Actividades de la Semana Laudato Si’.

Por Cindy Wooden


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