WASHINGTON – Habló sobre el proyecto mientras estaba rodeado de fotos de personas que habían sido residentes de El Paso, personas que pasaron los últimos momentos de sus vidas una tarde de verano hace un año, corriendo, buscando refugio de una lluvia de balas dentro de una tienda.
“Tendremos tiempo para orar, para el silencio, para recordar sus nombres, tanto los nombres de los que murieron como los de los que resultaron heridos ese día”, dijo el obispo Mark J. Seitz, de El Paso, Texas, al recordar el tiroteo masivo en un Walmart de El Paso el 3 de agosto de 2019. “Mencionaremos sus nombres y los recordaremos especialmente con nuestra oración activa, que creemos que puede ser la forma más poderosa de acompañar y ayudar a los que sufren”.
Pero la oración, aunque poderosa, debe ir acompañada de acciones para asegurarse de que el odio que pasó por la comunidad de El Paso ese día desaparezca, dijo el obispo Seitz el 1 de agosto, mientras se reunía con líderes cívicos y espirituales que anunciaban la formación de una comisión para examinar las formas que pueden llegar a la erradicación del odio que provocó el ataque que cobró la vida de 23 habitantes de El Paso e hirió a otras 25 víctimas.
“Realmente creemos que las ceremonias de recuerdo, aunque son importantes, y los momentos de oración, aunque son esenciales, no son suficientes”, dijo. “También tenemos que ver la realidad que causó esos eventos ese día y que estaban muy claramente presentes en la mente y el corazón del atacante”.
Monseñor Seitz fue claro sobre lo que creía que eran las motivaciones detrás del ataque del presunto tirador Patrick Crusius, de Allen, Texas. Cruisius enfrenta 23 cargos de crímenes de odio que resultaron en muerte, y 23 cargos de uso de armas de fuego para cometer asesinatos, entre otros cargos presentados contra él. Las autoridades han dicho que se cree que el ataque en el Walmart estaba dirigido a personas latinas, ya que el presunto tirador dijo a las autoridades que estaba apuntando a “mexicanos”.
Más tarde, las autoridades encontraron un documento presuntamente escrito por el tirador, descrito como antiinmigrante y que se refería a la “invasión hispana” del estado de Texas.
Fue “la presencia en nuestro país del racismo e ideologías de supremacía blanca, lo que claramente lo motivó”, dijo el obispo Seitz durante la conferencia de prensa donde se anunció la creación de la comisión.
“Él no inventó esa forma de pensar. Lo que sucedió ese día fue causado por toda una historia de pensamiento racista en nuestro país, de exclusión, de crear personas de diversos grados de valor en nuestras mentes, y tenemos que abordarlo”, dijo el obispo. “Entonces, lo que me gustaría proponer hoy es la creación de una comisión sobre la raza y equidad que trabajará en nuestra comunidad el próximo año”.
Aunque la comisión aún está en su infancia, Monseñor Seitz y otros líderes religiosos y locales se unieron para producir algo concreto, incluso en un momento en el cual la comunidad no pudo estar junta debido a las restricciones de la pandemia. Se llevó a cabo un servicio de oración interreligioso e incluyó sobrevivientes y familias de los fallecidos, pero la cantidad de personas fue limitada debido a la pandemia.
“Pensamos que esta podría ser una buena manera de comenzar este tiempo de recuerdo. Este fin de semana, el año pasado, un sábado por la mañana, justo a esta hora, se desató el caos en nuestra ciudad”, dijo. “Fue un día que cambió la vida de muchos, terminó con la vida de demasiados. No hay ninguna persona en El Paso o nuestra región que no haya cambiado por los eventos que vimos, que tuvieron lugar hace un año este fin de semana”.
Dijo que la idea de la comisión surgió para producir algo para honrar a los afectados y que no se limitó a un monumento conmemorativo.
“Entonces, la pregunta era: ¿cómo podemos conmemorar adecuadamente? ¿Cómo podemos recordar adecuadamente? Porque el mayor daño que podemos hacer a aquellos que perdieron la vida ese día, aquellos que resultaron heridos, es olvidar lo que realmente sucedió”.
Dijo que la comisión tendría miembros de una variedad de religiones y grupos con la idea de reunir a las personas para “una conversación honesta” dirigida a hacer cambios estructurales.
“Queda cada vez más claro para nosotros que las personas de color en nuestra comunidad les toca una fuerte carga”, dijo. “Necesitamos escucharlos … tenemos que lidiar con las (situaciones) que aún no alcanzan el ideal de igualdad del que se habló desde la época de nuestros padres y madres fundadores”.
Por Rhina Guidos