CIUDAD DE MÉXICO – Los obispos de Bolivia emitieron un llamado urgente para que manifestantes quiten bloqueos de las carreteras, los cuales han provocado temores de escasez de suministros médicos y oxígeno en las regiones montañosas del país sudamericano durante la pandemia del COVID-19.
Los bloqueos de carreteras, una forma común de protesta en Bolivia, donde el terreno montañoso crea puntos de estrangulamiento para el transporte, fueron convocados por partidarios del expresidente Evo Morales y construidos para protestar una decisión de posponer las elecciones programadas para el 6 de septiembre.
Las elecciones estaban programadas originalmente a principios de mayo, pero se han pospuesto tres veces debido al brote de coronavirus.
“La vida de los seres humanos es un valor absoluto, que jamás debe utilizarse para lograr ningún otro objetivo”, dijeron los obispos en una declaración del 10 de agosto, diciendo que los que lo hacen están “poniendo en peligro la vida de las personas” y realizan “un acto criminal e inhumano”.
“Por ello, es irracional e inmoral el utilizar la pandemia para desestabilizar las instituciones del país por las consecuencias de pérdida de vida de hermanos bolivianos”, dijo la declaración.
Más de 100 bloqueos dentro del país han provocado que personas hagan compras por pánico, por ejemplo, de alimentos y gasolina en la región de La Paz, según informes de los medios. La escasez de oxígeno y la dificultad que las ambulancias enfrentan para pasar ha cobrado vidas, según el gobierno boliviano.
Los manifestantes, quienes niegan las acusaciones de impedir el paso de las ambulancias, han expresado su enojo por la decisión del tribunal electoral boliviano de posponer las elecciones hasta octubre. Luis Arce, candidato del Partido Movimiento al Socialismo de Morales, está en primer lugar en las encuestas de la elección para la presidencia.
Morales fue destituido de su cargo a fines de 2019 después de buscar un cuarto mandato presidencial y pareció ganar una elección aunque una llena de irregularidades. Su sucesora, la presidenta interina Jeanine Áñez, quien se encuentra bajando en popularidad en las encuestas para la presidencia, ha pedido un diálogo nacional.
Ella también ha amenazado con quitar los bloqueos usando fuerza, aunque los críticos la acusan de utilizar la pandemia para prolongar su gobierno provisional, según informes de los medios.
El padre Iván Bravo, vocero de la Arquidiócesis de La Paz, calificó la acción de los bloqueos como “meramente político” buscando poder y la desestabilización del gobierno transitorio.
Añadió que “la pandemia no permite. Aún la situación de salud no está controlada. Hay aún varias cifras de contagios comunitarios de Covid-19”.
Los obispos, cuyas relaciones con Morales no siempre han sido las mejores, llamaron a las autoridades electorales a “fijar una fecha para las elecciones” y a los demás poderes del gobierno a respetar la decisión.
“Exhortamos a los dirigentes sindicales a deponer actitudes de violencia, levantar los bloqueos y aceptar un diálogo sereno en búsqueda de soluciones”, dijeron en la declaración.
El conflicto político-electoral está ocurriendo al momento en el cual COVID-19 ya ha cobrado más de 3,500 vidas en Bolivia, mostrando un servicio de salud insuficientemente financiado y equipado.
“Nos preocupa”, escribieron los obispos, “la influencia de la crisis política en la falta de autoridad y de soluciones efectivas a la alarmante crisis sanitaria que sufrimos, que está provocando contagios incontrolados, falta de atención en los centros sanitarios y pérdida de muchas vidas humanas”.