CIUDAD DEL VATICANO – La presencia de latinoamericanos en todo el mundo ha enriquecido a la Iglesia Católica con un renovado celo por el Evangelio, dijo el papa Francisco.
Las comunidades cristianas en el norte y centro de Europa se han “beneficiado” enormemente de las devociones latinoamericanas como la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe de México y la fiesta del Cristo de los Milagros, que comenzó en Colombia, dijo el papa el 20 de noviembre a los estudiantes y Facultad del Pontificio Colegio Latinoamericano de Roma.
“El rico mestizaje cultural que hizo posible la evangelización se reproduce hoy de nuevo”, dijo. “Los pueblos latinos se encuentran entre ellos y con otros pueblos gracias a la movilidad social y a las facilidades de la comunicación, y de este encuentro también ellos salen enriquecidos”.
Dirigiéndose a la facultad y al personal del colegio, el papa les recordó su llamado a sembrar las semillas del Evangelio “de manera generosa, sin prejuicios” como Dios siembra; él “no mira la dureza de la tierra, ni la presencia de las piedras o de los cardos, que no arranca la cizaña, para no llevarse con ella la buena semilla del reino”.
La formación y el ministerio de los estudiantes, agregó, deben incluir tres acciones concretas: abrir la puerta de su corazón y ayudar a otros a abrir su corazón al amor de Dios; colaborar y llamar a otros a cooperar por el bien de todos; y trabajar para sanar al mundo del gran mal que lo aflige y que la pandemia ha sacado a la luz.
“Crean un espacio donde Dios y el prójimo pueden encontrarse”, les dijo el papa.
“No dejen nunca de manifestar esta disponibilidad, esta apertura,” dijo. “No cierren nunca la puerta a quien en el profundo de su corazón anhela poder entrar y sentirse acogido. Piensen que los llama el Señor bajo el atuendo de ese pobre, para sentarse todos juntos en su banquete”.
El papa Francisco dijo que la formación permanente de los estudiantes en Roma es una señal de que Dios tiene “un plan de amor y de servicio para cada uno de ustedes” y que están llamados a ser pastores que “se consagran al cuidado de las ovejas”.
“Luchen contra la cultura del descarte, y por favor no la provoquen con un clericalismo que hace tanto daño y que es una enfermedad, luchen contra la segregación social, luchen contra la desconfianza y el perjuicio en razón de la raza, de la cultura o de la fe, para que el sentimiento de fraternidad se imponga sobre toda diferencia”, dijo.
Por Junno Arocho Esteves