Papa dice a los jóvenes economistas y emprendedores que deben marcar la diferencia

La gente participa en el encuentro virtual "Economía de Francisco" desde Asís, Italia, el 21 de noviembre de 2020. El encuentro es un proyecto del Papa Francisco, que ha pedido un tipo diferente de economía que respete mejor la humanidad y la naturaleza. (Foto CNS-Economía de Francesco)

CIUDAD DEL VATICANO – Aunque la tarea es enorme, los jóvenes economistas, investigadores y empresarios pueden perfeccionar sus destrezas y compartirlas de modo que tengan un impacto en el mundo para crear un futuro mejor para todos, dijo el papa Francisco.

“La historia nos enseña que no hay sistemas ni crisis que hayan podido anular por completo la capacidad, el ingenio y la creatividad que Dios sigue alentando en los corazones,” les dijo el papa a 2,000 profesionales menores de 35 años.

Como parte del proyecto de Economía de Francesco, los jóvenes habían estado reuniéndose virtualmente desde marzo para llevar a cabo investigaciones y desarrollar planes de acción para promover una economía centrada en el desarrollo humano de forma que ayuden tanto a los pobres como al planeta.

Tuvieron una reunión virtual del 19 al 21 de noviembre para compartir ideas, intercambiando incluso con expertos de prestigio internacional, como los economistas Jeffrey Sachs, Kate Raworth y Muhammad Yunus, que ofrecieron ánimo y sugerencias para los siguientes pasos.

Y el papa Francisco, en un mensaje de video que clausuraba la reunión, los exhortó a continuar, llevando su fe, su experiencia y su entusiasmo a la tarea.

“No elijan los atajos que seducen y les impiden mezclarse para ser levadura allí donde se encuentran”, dijo el papa. “¡Nada de atajos! ¡Levadura! ¡Ensúciense las manos!”

Aunque se suponía que se encontraran en persona en Asís el pasado marzo, la pandemia de COVID-19 hizo esto imposible; en su lugar, empezaron reuniéndose virtualmente en 12 “aldeas”, discutiendo temas económicos específicos como las finanzas, la mujer en la fuerza laboral, la ecología, el gasto militar, la desigualdad sistémica, y la agricultura.

“No dejaron afuera nada de lo que les alegra, preocupa, indigna y moviliza a cambiar”, les dijo el papa. Inspirados por san Francisco de Asís, “no se dejaron atrapar pensando ‘este es el modo en que siempre se ha hecho'”, sino que decidieron buscar juntos un nuevo camino.

“Saben que apremia otra narración económica, se necesita asumir responsablemente que el actual sistema mundial es insostenible desde diversos puntos de vista y golpea principalmente a nuestra hermana tierra, tan gravemente maltratada y expoliada, y a los más pobres y excluidos”, dijo el papa.

“Van unidos: tú espolias la tierra y habrá muchos pobres excluidos”, dijo. “Ellos son los primeros afectados… e incluso, los primeros olvidados”. El papa Francisco dijo que una transformación de la economía requerirá tanto la conversión personal de un consumismo obsesivo y cultura de descarte como cambios en los modos en que funcionan las empresas y los gobiernos.

Los jóvenes deben insistir en ser parte de ese proceso, dijo el papa. “No pueden quedarse afuera de la gestación, no ya de su futuro sino de su presente. No pueden permanecer fuera de donde se gesta el presente y el futuro. O están involucrados o la historia los aventajará”.

Pero también los animó a asegurarse de que los pobres y los habitualmente excluidos de la vida social y de la toma de decisiones comunitaria también están implicados.

“‘Los pobres’ y los ‘excluidos’ son personas reales”, dijo. Una economía justa no se puede basar en la caridad o la filantropía, que siempre serán necesarias, sino que debe involucrarlos en el proceso de descubrir nuevos modelos de conducta económica.

Son esenciales el sentido del bien común y el compromiso con un diálogo auténtico, especialmente con las personas que piensan de maneras distintas, les dijo el papa Francisco.

“¡Qué difícil es avanzar hacia soluciones reales cuando se desprestigió, calumnió y descontextualizó al interlocutor que no piensa como nosotros!”, dijo.  “Este descreditar, calumniar o descontextualizar al interlocutor que no piensa como nosotros es una forma de defenderse cobardemente de las decisiones que tendrían que tomarse para resolver tantos problemas”, dijo.

Por Cindy Wooden