CIUDAD DEL VATICANO – Garantizar la justicia para todos los hombres y mujeres no es posible mientras unas pocas personas controlen la mayor parte de la riqueza del mundo y se ignore el derecho de todos los demás a una vida digna, expresó el papa Francisco.
En un mensaje de video el 30 de noviembre, el Santo Padre alentó a los jueces de América del Norte, América del Sur, y África a no perder de vista “la angustiosa situación en la que una pequeña parte de la humanidad vive en la opulencia, mientras que a un número creciente de personas se les niega la dignidad, y la mayoría de sus derechos elementales son ignorados o violados”.
“No podemos desconectarnos de la realidad”, señaló. “Esta es una realidad que deben tener en cuenta”.
Los jueces participaron en una reunión virtual, del 30 de noviembre al 1 de diciembre, sobre “Construir la nueva justicia social”. El encuentro fue patrocinado por la Pontificia Academia de las Ciencias y el Comité Panamericano de Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana.
En “un momento tan crítico para toda la humanidad”, comentó el prelado, el encuentro virtual para discutir el trabajo de construir “una nueva justicia social es, sin duda, una excelente noticia”.
Ofreciendo una reflexión para sus discusiones, el Sumo Pontífice expuso que construir la justicia social es un “trabajo colectivo” que debe lograrse en el día a día “porque el desequilibrio es una tentación a cada minuto”.
Trabajar por la verdadera justicia social también debe hacerse con una “actitud de compromiso” que siga “el camino del buen samaritano” y que sea consciente de no caer “en una cultura de la indiferencia”, manifestó.
La gente “debe reconocer la tentación demasiado frecuente de ignorar a los demás, especialmente a los más débiles”, explicó el Santo Padre. “Tenemos que asumir que nos hemos acostumbrado a cegarnos, a ignorar situaciones hasta que nos golpean directamente”.
Y, continuó, no se debe ignorar la historia con todas sus “luchas, triunfos, y derrotas”.
“Ahí está la sangre de quienes dieron su vida por una humanidad plena e integrada”, declaró, así como las raíces de lo que la gente vive hoy.
El papa Francisco insistió en que la verdadera justicia social es imposible si la persona humana no es el centro de interés y preocupación.
“Dios nos pide a los creyentes que seamos el pueblo de Dios, no la ‘élite de Dios’. Porque quienes siguen el camino de la ‘élite de Dios’ terminan en los llamados clericalismos elitistas que trabajan para el pueblo, pero no hacen nada con el pueblo, no se sienten parte del pueblo”, expresó el prelado.
Por último, el Sumo Pontífice indicó que la solidaridad es fundamental en la lucha contra la pobreza, la desigualdad, y el desempleo.
Solidaridad significa “luchar contra esa cultura que puede llevar a utilizar a otros, a esclavizar a los demás y acaba por quitarles la dignidad”, dijo el papa. “No olvidemos que la solidaridad, entendida en su sentido más profundo, es una forma de hacer historia”.
Por Junno Arocho Esteves