CIUDAD DEL VATICANO – El mundo debe responder a la pandemia del COVID-19 con mayor atención a los pobres y vulnerables, y con una gran cooperación para distribuir vacunas éticas de manera justa, expresó el secretario de estado del Vaticano a la Asamblea General de la ONU el 3 de diciembre.
“Los desafíos de esta crisis deben afrontarse con un espíritu de corresponsabilidad y con la contribución de todos”, manifestó el cardenal Pietro Parolin en un mensaje de video pregrabado para una sesión especial de la ONU.
Presidentes, primeros ministros, y otros altos líderes gubernamentales que representan a 141 países contribuyeron por video al debate general el 3 de diciembre. La asamblea comenzó con un minuto de silencio por todas las víctimas de la pandemia. Se estima que más de 1.5 millones de vidas se han perdido a causa del COVID-19.
En sus declaraciones, el cardenal Parolin señaló que al enfrentar este “desafío mundial, las Naciones Unidas deben estar a la altura de la esperanza que los pueblos han puesto en ellas”.
“Ningún estado puede resolver la pandemia por sí solo”, dijo.
Un área que requiere solidaridad mundial, dijo, es la búsqueda de garantizar “que la atención médica adecuada y las vacunas eficaces, libres de preocupaciones éticas, sean asequibles y estén disponibles de inmediato en cantidades suficientes” para todos, incluyendo a personas en países en desarrollo.
Otra preocupación clave que debe ser parte de la respuesta mundial a la pandemia es dar mayor prioridad a los pobres, los enfermos, los migrantes, los niños, y otras personas vulnerables, explicó el cardenal, especialmente porque la pandemia solo ha empeorado los problemas sociales y los marginados han sido los más afectados por la crisis.
El cardenal enumeró muchos problemas crónicos que corren riesgo de empeorar debido a la pandemia: hambre, abuso, explotación, matrimonio infantil y mayor pobreza, y aislamiento para los ancianos y las personas con discapacidades. Los niños y los jóvenes son una prioridad con tantas escuelas cerradas, indicó.
“El COVID-19 está afectando de manera desproporcionada a los migrantes, solicitantes de asilo, y refugiados. Amenaza las vías seguras de reasentamiento y la seguridad sanitaria de quienes se encuentran en campamentos superpoblados y con pocos recursos”, agregó.
El cardenal Parolin expuso que la pandemia ha ofrecido una oportunidad para recrear la economía.
“Ya es hora de que la comunidad internacional rechace un modelo económico basado principal o exclusivamente en las ganancias y en la suposición de que los trabajadores son medios explotables para llegar a un objetivo”.
“¿No es este el momento oportuno para reconsiderar seriamente si los fondos gastados en el almacenamiento y modernización de armas no se invertirían de manera más inteligente en el avance del desarrollo humano integral?” preguntó.
El segundo y último día de la sesión especial de la ONU el 4 de diciembre fue para presentar paneles de discusión en línea centrados en la respuesta sanitaria y humanitaria de la ONU a la pandemia, cuestiones relacionadas con la vacuna para el COVID-19, el impacto socioeconómico de la crisis, y caminos potenciales para la recuperación.
Por Carol Glatz
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