CIUDAD DEL VATICANO – El combatir el hambre exigirá humildad, proteger el medio ambiente y promover la justicia social, dijo el papa Francisco.
“Prestemos para ello atención a lo que nos beneficia a todos” para que se alivie el hambre y la futura generación se quede con un mundo que sea un “tesoro” y no una devastación, dijo en un mensaje lanzado el 2 de febrero.
El mensaje del papa fue dirigido a los participantes en la Quinta Reunión Global del Foro de Pueblos Indígenas, patrocinada por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, FIDA. La reunión se llevó a cabo virtualmente del 2 al 4 de febrero y estaba enfocada en el “valor de los sistemas alimentarios indígenas; resiliencia en el contexto de la pandemia del COVID-19”.
Monseñor Fernando Chica Arellano, observador permanente del Vaticano ante la Organización de Alimentos y Agricultura de la ONU, el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola y el Programa de Alimentación Mundial leyó a los participantes el mensaje del papa en español, diciendo que el papa está orando por todos y por una reunión fructífera.
El papa Francisco dijo que la globalización no debe tratar de un uniformismo que ignore la diversidad, e “impone un nuevo tipo de colonialismo”.
El desafío estará en crear alternativas en espíritu de solidaridad, “para que nadie se sienta ignorado”, y tampoco imponga la propia dirección, considerándola como la única correcta.
“Por el contrario, sabemos bien que, cuando las diversidades se articulan y se enriquecen mutuamente, la comunión entre los pueblos florece y se vivifica”, dijo.
“En esto consiste la ecología integral, en la que la justicia social se conjuga con la protección del planeta”. Solo con esta “humildad de espíritu” podremos ver “la derrota total del hambre y una sociedad basada en valores perdurables, que no son fruto de modas pasajeras y sesgadas, sino de la justicia y la bondad”, dijo el papa en su mensaje.
El papa dijo que esperaba que la reunión llevara a frutos abundantes de amor por el mundo “que queremos construir entre todos y que deseamos entregar a los que vienen detrás de nosotros como un tesoro y no como un cúmulo de desechos y despojos”.
El papa dijo que está orando por quienes trabajan para ayudar a cuantos viven en las zonas más deprimidas del planeta, “pero agraciadas por la belleza que procede de respetar y convivir con la naturaleza, obra que salió de las manos del Señor”.
Por Carol Glatz