CIUDAD DE MÉXICO—Los obispos mexicanos ofrecieron oraciones por las víctimas de un tiroteo en una escuela, llevado a cabo por un estudiante de 11 años, que mató a una maestra e hirió a otras seis personas. Se cree que el presunto tirador se ha suicidado, según la policía de la norteña ciudad de Torreón.
“Elevamos nuestras plegarias a Dios por el eterno descanso de la maestra y el estudiante del Colegio Cervantes en nuestra ciudad. Escuchar estas noticias nos llena de dolor y nos hace elevar nuestra mirada al cielo para encontrar consuelo y paz”, dijo el obispo Luis Martín Barraza Beltrán de Torreón el 10 de enero en un comunicado.
“Luchemos cada día de modo que la unidad familiar y el diálogo nos permitan construir nuevas relaciones basadas en el amor y el respeto a los demás”.
El tiroteo del 10 de enero impactó a México, donde trece años de violencia impulsada por los carteles de la droga ha dejado más de 200,000 muertos y aproximadamente 65,000 desaparecidos. Pero la violencia que convulsiona al país no había aún surgido en escuelas y tampoco en forma de masacre a nivel como las que han ocurrido en las escuelas de EE.UU.
Funcionarios del estado de Coahuila dicen que el responsable llevó dos armas a la escuela y disparó nueve tiros. Reportes en los medios informaron que la madre del muchacho había muerto recientemente y él había sido abandonado por su padre.
El gobernador de Coahuila Miguel Ángel Riquelme sugirió que el chico había sido influenciado por juegos violentos de video, aunque los motivos para el ataque no han sido esclarecidos.
El tiroteo provocó polémicas especulaciones e incómodas interrogantes sobre el clima de violencia en México y cómo el mismo ha influenciado a los jóvenes que han crecido en tiempos de las enérgicas operaciones contra los carteles de las drogas en el país.
En un comunicado del 13 de enero, la conferencia de obispos mexicanos pidió acción para “construir una humanidad que revierta la cultura de la muerte” y destaque la importancia de la educación, diciendo que “es urgente dedicar los mejores y máximos recursos humanos y materiales para la educación, principalmente en la familia, escuela y ambientes sociales”.
El comunicado agrega: “Nos comprometemos nuevamente en ser una iglesia que sigue la labor de promover la dignidad humana por medio de la formación de cada persona”.
Por David Agren