CIUDAD DEL VATICANO – La cruz de Cristo es un poderoso símbolo del amor de Dios por la humanidad y no una decoración o baratija, dijo el papa Francisco.
Si bien los cristianos a menudo cuelgan un crucifijo en la pared o lo usan alrededor del cuello, debe usarse como una señal “de nuestro deseo de unirnos a Cristo” y no debe ser “reducida a un objeto supersticioso o joya ornamental”, dijo el papa el 30 de agosto durante su discurso dominical del Ángelus.
“Cada vez que fijemos la mirada en la imagen de Cristo crucificado, pensemos que Él, como verdadero Siervo del Señor, ha cumplido su misión dando la vida, derramando su sangre para la remisión de los pecados”, dijo el papa.
Antes de concluir su discurso, el papa pidió por la paz en “la zona del Mediterráneo oriental, afectada por varios focos de inestabilidad”.
Según la agencia de noticias Bloomberg News, las tensiones entre Grecia y Turquía por las aguas territoriales en disputa y recursos de hidrocarburos en el mar Mediterráneo continuaron aumentando.
El reciente estacionamiento de tropas griegas en la isla de Kastellorizo ??fue visto como una provocación por parte del gobierno turco, que exigió que se retiraran inmediatamente.
“Por favor, hago un llamamiento al diálogo constructivo y al respeto de la legalidad internacional para resolver los conflictos que amenazan la paz de los pueblos de esa región”, dijo el papa.
Pero antes de rezar el Ángelus con los peregrinos en la Plaza de San Pedro, el papa reflexionó sobre la lectura del Evangelio del día, de San Mateo, en la que Jesús les dice a sus discípulos que lo matarán pero que resucitará al tercer día.
Los discípulos, dijo el papa Francisco, no comprenden la necesidad de que Cristo sufra y muera porque su fe es “todavía inmadura y demasiado unida a la mentalidad de este mundo. Ellos piensan en una victoria demasiado terrena, y por eso no entienden el lenguaje de la cruz”.
La reacción de Pedro: “‘Dios no lo quiera, Señor; no te ocurrirá eso’. Cree en Jesús —Pedro es así—, tiene fe, cree en Jesús, cree; le quiere seguir, pero no acepta que su gloria pase a través de la pasión” explicó el papa.
“Para Pedro y los otros discípulos —¡pero también para nosotros!— la cruz es algo incómodo, la cruz es un ‘escándalo’, mientras que Jesús considera ‘escándalo’ el huir de la cruz, que sería como eludir la voluntad del Padre, a la misión que Él le ha encomendado para nuestra salvación”, dijo.
Sin embargo, Jesús le dice a Pedro: “Ponte detrás de mí,”, lo que indica que la tentación de huir “es propio del espíritu malo, es propio del diablo alejarnos de la cruz, de la cruz de Jesús”, dijo el papa.
El papa Francisco dijo que al llamar a sus discípulos a negarse a sí mismos y tomar su cruz, Jesús también pide a todos los cristianos que experimenten “una inversión de mentalidad y valores” y que soporten las tribulaciones diarias “con fe y responsabilidad”.
“La vida del creyente es una milicia: luchar contra el espíritu malo, luchar contra el mal”, dijo.
Por Junno Arocho Esteves