CIUDAD DEL VATICANO – Mientras que muchas personas en todo el mundo enfrentan incertidumbre económica debido a la pandemia, se necesita un cambio de paradigma que priorice el bien de muchos sobre el beneficio de unos pocos, comentó el papa Francisco.
Como concepto general, la economía debería convertirse en “la expresión de cuidado y preocupación que no excluye, sino que busca incluir, que no demanda, sino que busca sustentar y dar vida”, expuso el papa el 4 de septiembre en un mensaje a los participantes de un foro internacional patrocinado por La Casa Europea-Ambrosetti, un grupo de expertos económicos con sede en Roma.
La economía debe ser una expresión de “cuidado y preocupación que se niega a sacrificar la dignidad humana a los ídolos de las finanzas, que no genera violencia y desigualdad y que utiliza los recursos económicos no para dominar sino para servir”, dijo. “Las ganancias genuinas provienen de tesoros accesibles para todos”.
La Casa Europea-Ambrosetti celebró su foro anual del 4 al 6 de septiembre en la ciudad de Cernobbio, en el norte de Italia. Según su sitio web, el foro reúne a autoridades gubernamentales, empresarios, académicos, y expertos “para discutir temas de actualidad de gran impacto para la economía mundial y la sociedad en su conjunto”.
En su mensaje, el papa explicó que los problemas que afronta el mundo “exigen esfuerzos extraordinarios para enfrentar los desafíos creados o agravados por la actual emergencia médica, económica, y social”.
La pandemia de COVID-19, escribió, “nos ha enseñado que ninguno de nosotros se salva solo”.
“Este giro de eventos nos ha obligado a reconocer que nos pertenecemos unos a otros, como hermanos y hermanas que viven en una casa común”, expresó el papa. “Al no mostrar solidaridad en la riqueza o compartiendo los recursos, hemos aprendido a experimentar la solidaridad en el sufrimiento”.
El papa indicó que la pandemia también ha obligado a la gente a “abstenerse de lo innecesario y concentrarse en lo esencial”, a discernir “lo que es duradero de lo fugaz y lo que es necesario de lo que no es”.
En este tiempo, continuó, la ciencia y la tecnología que si bien son necesarias, “han demostrado ser insuficientes” y “lo que ha resultado decisivo en cambio es la efusión de generosidad y coraje mostrada por tanta gente”.
“Esto debería impulsarnos a ir más allá del paradigma tecnocrático, entendido como una forma única o dominante de abordar los problemas. Ese paradigma, nacido de una mentalidad que buscaba el dominio del mundo natural, se basaba en la suposición errónea de que existe una cantidad infinita de energía y recursos disponibles que pueden ser renovados rápidamente y que los efectos negativos de la explotación del orden natural pueden ser absorbidos fácilmente”, expuso el papa.
El papa Francisco instó a los participantes del foro escuchar el llamado de Cristo “y discernir sabiamente los signos de los tiempos”, enfatizando la necesidad de la conversión ecológica y la creatividad para enfrentar los desafíos de hoy.
La conversión ecológica, explicó, puede ayudar a hombres y mujeres a “reconectarse con el mundo que nos rodea” y a disminuir el “ritmo inhumano de consumo y producción”, mientras que la creatividad puede ayudar a inspirar “nuevas formas de perseguir el bien común”.
“Esa creatividad solo puede venir de nuestra disponibilidad para recibir el Espíritu Santo, que nos inspira a tomar decisiones nuevas, oportunas, y ciertamente audaces, como hombres y mujeres capaces de dar forma a ese desarrollo humano integral al que todos aspiramos”, comentó el papa Francisco.
Es “la creatividad del amor que puede devolverle sentido al presente, para abrirlo a un futuro mejor”, explicó.
Por Junno Arocho Esteves
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