CIUDAD DEL VATICANO – Decir “gracias” a Dios es una hermosa oración, les dijo el papa Francisco a un grupo de niños y adolescentes con autismo.
“A Dios le gusta esta forma de rezar”, dijo el 21 de septiembre durante una breve audiencia con jóvenes que son atendidos por el Centro Sonneschein de St. Polten, Austria. Los muchachos y niños estaban con sus padres y el personal del centro.
Aunque algunos de los niños se enfocaban en sus tabletas o se escondían detrás de sus padres, otros le sonreían al papa.
El nombre del centro significa “esplendor del sol” en alemán y el papa Francisco les dijo que ellos son como flores frente al sol.
“Dios creó el mundo con una gran variedad de flores de todos los colores” les dijo. “Cada flor tiene su propia belleza, que es única. Cada uno de nosotros es también hermoso a los ojos de Dios, y Él nos ama”.
Sabiendo eso, dijo el papa, todos sentimos un deseo natural de dar gracias a Dios, de decirle, “¡Gracias! ¡Gracias por el regalo de la vida, gracias por todas las criaturas! ¡Gracias por mamá y papá! ¡Gracias por nuestras familias! ¡Y gracias también por nuestros amigos del Centro Sonnenschein!”
El papa Francisco les dijo a los jóvenes que incluso podían añadir una petición a su oración de acción de gracias.
“Por ejemplo: Buen Jesús, ¿podrías ayudar a mamá y papá en sus trabajos? ¿Podrías consolar un poco a la abuela que está enferma? ¿Podrías encargarte de los niños de todo el mundo que no tienen qué comer?”
Y también les sugirió esta oración: “Jesús, por favor ayuda al papa a guiar bien a la Iglesia”.
“Si lo piden con fe, el Señor seguramente los escucha”, les dijo.
Después de darles las gracias a padres y maestros, el papa Francisco regresó a su petición de oración, diciendo: “Por favor, no se olviden de orar por mí. Este trabajo no es fácil”.
Por Cindy Wooden
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