Papa defiende el matrimonio, pero acepta algunas uniones civiles

Un cartel de la nueva película, "Francesco", del documentalista Evgeny Afineevsky, muestra al Papa Francisco caminando en la Plaza de San Pedro en el Vaticano. (Foto CNS-Producción Afineevsky-Tolmar)

CIUDAD DEL VATICANO – El papa Francisco a menudo se ha mostrado receptivo a la idea de leyes que reconozcan las uniones civiles, incluyendo entre parejas homosexuales, para proteger sus derechos.

Los comentarios del papa en un corto fragmento del documental “Francesco”, son similares a la posición que asumió siendo arzobispo de Buenos Aires, Argentina, y que repiten declaraciones que hizo en varias entrevistas durante su pontificado: “El matrimonio” solo es entre un hombre y una mujer, pero las leyes de uniones civiles podrían brindarles protección legal a las parejas en relaciones serias y permanentes.

Expresándose en español en la película, el papa Francisco dice: “La gente homosexual tiene derecho a estar en una familia. Son hijos de Dios y tienen derecho a una familia. Nadie debería ser expulsado o sentirse miserable por ello. Lo que tenemos que crear es una ley de unión civil. De esa manera están cubiertos legalmente”.

La película se estrenó en Roma el 21 de octubre.

El papa Francisco varias veces ha dicho públicamente que los padres no deben y no tienen que rechazar a un hijo que sea homosexual y, en varias ocasiones, ha hablado sobre los derechos que todas las personas tienen de tener una familia.

Durante una entrevista a un canal de televisión mexicano en 2019, se le preguntó sobre su oposición al matrimonio entre homosexuales en Argentina y su receptividad hacia las personas LGBT como pontífice.

“Siempre he defendido la doctrina”, dijo. “Es una contradicción hablar de matrimonio homosexual”.

Pero también le dijo al entrevistador: “Las personas homosexuales tienen derecho a estar en familia; las personas con orientación homosexual tienen derecho a estar en familia y los padres tienen el derecho de reconocer a un hijo o hija como homosexual. Tú no puedes echar a nadie de la familia ni hacerle la vida imposible”.

En “Un futuro de fe: El camino de cambio en la política y la sociedad”, un libro tipo entrevista al sociólogo francés Dominique Wolton, ambos hablaron sobre el matrimonio y las uniones civiles entre homosexuales en el contexto de un diálogo sobre tradición, modernidad y verdad.

“Matrimonio” es una palabra histórica –dijo el papa en el libro publicado en francés en 2017–. “Por siempre, a lo largo de la humanidad y no solo en la iglesia, ha sido entre un hombre y una mujer. No puedes cambiarlo, tan simple como eso. Es la naturaleza de las cosas. Así es como son. Entonces, llamémoslas uniones civiles”.

En una entrevista del 2014 publicada en el periódico italiano “Corriere della Sera”, al papa Francisco se le preguntó sobre las gestiones en toda Europa para legalizar el matrimonio homosexual o adoptar las leyes de unión civil.

“El matrimonio es entre un hombre y una mujer”, dijo. “Los estados seculares quieren validar las uniones civiles para regular las diferentes situaciones de cohabitación, impulsadas por la necesidad de regular los aspectos económicos entre las personas, tales como asegurar el cuidado médico. Estos son pactos de cohabitación de varios tipos, de los cuales no podría hacer una lista de las diferentes formas”.

“Es necesario ver los diferentes casos y evaluarlos en su variedad”, dijo sugiriendo que algunas formas de uniones civiles serían aceptables.

Según “El Gran Reformador”, una biografía del papa Francisco realizada por Austen Ivereigh, el entonces arzobispo Jorge Mario Bergoglio se enfrentó al gobierno en 2010 cuando dio inicio a una campaña para legalizar el matrimonio homosexual.

“Le dijo a un activista homosexual católico, un ex profesor de teología llamado Marcelo Márquez, que favorecía los derechos de los homosexuales tanto como el reconocimiento legal de las uniones civiles”, escribió Ivereigh. “Pero se oponía absolutamente a cualquier intento de redefinir el matrimonio en la ley”.

El futuro papa –según continúa el libro– “no había planteado fuertes objeciones a la ley de uniones civiles del 2002, que se aplicó solo en Buenos Aires y que otorgó derechos a cualquier pareja que había cohabitado por más de dos años, independientemente de su género u orientación sexual.

Él lo consideró como un arreglo legal puramente cívico, que no afectó el matrimonio”.

En 2003, la Congregación para la Doctrina de la Fe emitió un documento instando a los católicos a que se opongan a dar “el reconocimiento legal a las uniones entre personas homosexuales”, particularmente cuando tal reconocimiento igualaría dichas uniones con el matrimonio y permitiría a las parejas adoptar niños.

Por Cindy Wooden


Read the article in English here:

AdSanity Data Storage