‘Por el amor de Dios, envíen oxígeno’, suplican obispos de la Amazonía de Brasil

Familiares de pacientes hospitalizados o que reciben atenci—n medica en casa se reœnen para comprar ox’geno en una empresa privada en Manaus, Brasil, el 15 de enero de 2021. Los obispos en los estados brasile–os de Amazonas y Roraima estan pidiendo tanques de ox’geno para ayudar a combatir el COVID-19. (Foto CNS / Bruno Kelly, Reuters)

SAO PAULO – Con la noticia de que docenas de personas estaban muriendo sofocados debido a la falta de oxígeno en los hospitales de la ciudad de Manaus en Brasil, los obispos católicos hicieron una petición de provisiones del elemento esencial para que otros puedan sobrevivir.

“Nosotros, los obispos de Amazonas y Roraima, hacemos una súplica: Por el amor de Dios, envíen oxígeno”, dijo en un video el 15 de enero del arzobispo de Manaus, Leonardo Steiner.

“Danos oxígeno. La gente no puede seguir muriendo por falta de oxígeno y por falta de camas en las UCIs”, dijo el arzobispo visiblemente afectado.

El arzobispo dijo que durante la primera ola de COVID-19 en la región de Amazonas, la gente moría por falta de información y falta de camas en las Unidades de Cuidados Intensivos. Ahora, durante esta segunda ola, la gente está muriendo no sólo por los hospitales saturados, sino también por falta de oxígeno.

La situación de Manaus saltó a los titulares de la prensa cuando se mostró a los familiares de los pacientes de COVID y otras enfermedades, que trataban desesperadamente de comprar cilindros de oxígeno para salvar a sus seres queridos.

Para el 15 de enero, se decía que más de 60 bebés prematuros estaban a riesgo de morir por falta de oxígeno. Los tanques de oxígeno proporcionados por el gobierno federal sólo se esperaba que duraran unos días.

Durante el fin de semana del 16-17 de enero, cientos de pacientes fueron transportados por avión a otros estados para recibir tratamiento ya que el oxígeno continuaba disminuyendo.

La súplica lanzada por el arzobispo Steiner, que fue secretario general de la Conferencia de Obispos Brasileños entre 2011 y 2019, fue seguida por peticiones y promesas de ayuda de otros obispos brasileños.

El obispo Walmor Oliveira de Azevedo, presidente de la Conferencia de obispos, pidió a los hombres de negocios, empresarios y políticos que ofrecieran su asistencia.

“En vista de la grave situación de la ciudad de Manaus, es urgente llamar a los cristianos y a todas las personas sensibles que se enfrentan al sufrimiento de los demás; es momento de ayudar”, dijo.

El obispo jubilado Erwin Kräutler, presidente de la rama brasileña de la Red Eclesial Pan-Amazónica, también expresó su apoyo a las llamadas de auxilio de los obispos y pidió a los gobiernos locales y federales cilindros de oxígeno para los hospitales de Manaus y la Amazonía.

“Estamos viendo a nuestras hermanas y hermanos morir ahogados; una muerte terrible”, dijo el obispo, conocido por su labor entre la población indígena de la Amazonía.

“No es posible que Brasil olvide a los pueblos de la Amazonía en un momento tan cruel y que cerremos nuestros oídos al clamor de la gente que está muriendo; y a sus familias y profesionales de la salud, que no pueden cuidar de los pacientes debido a la carencia de oxígeno y tienen que contemplar pasivamente cómo los pacientes mueren, sofocados por falta de oxígeno, en condiciones terribles”, dijo el obispo Kräutler.

“Por el amor de Dios y de nuestra Señora: Manaus, la Amazonía son (parte de) Brasil. Por favor, despierten, por el pueblo que ahí vive y quiere sobrevivir a esta pandemia”, dijo.

Por Lise Alves